COMO AYUDARTE

Para amar, para sentir afecto,
     tenemos que vivir sin defensa     psicológica alguna.

Krishnamurti

Cómo vencer al monstruo (video)

La curación del alma e incluso del cuerpo (sanación),

empieza por conocer-se y saber, lo que somos y tenemos.

Y en esta labor primordial de autoconocimiento,

la ayuda de alguien que haya experimentado en sí mismo o en otros esta terapia de vida, transpersonal, puede ser muchas veces,el bastón y el apoyo, que nos permita reemprender el camino de las buenas relaciones y el del reencuentro con la felicidad,en alegría y paz.

En primer lugar con nosotros mismos y como consecuencia con todos las demás personas con las que compartimos presencia y vida.

Para ello la tarea consiste en desbrozar y sanar todos los resortes, engranajes condicionamientos y hábitos adquiridos, que nos complican ese encuentro con nuestro ser profundo, que solo quiere ser feliz, amar y ser amado.

Es lo que llamamos el encuentro con la Sombra. Aquellos sucesos, vivencias o querencias,conscientes o inconscientes que condicionan nuestro existir y nos impiden ser naturales y felices, como ñiños felices de serlo. Pero no inconscientes o inocentes:

 El tratamiento de la culpa,personal y colectiva;

 el estudio de nuestros personajes y máscaras, que utilizamos para sobrevivir;

los duelos incompletos o inacabables;

               las carencias afectivas y el niño herido;

               las relaciones tóxicas y los malos quereres;

               los malos hábitos y evasiones dependientes;

               las angustias sin causa, las depresiones,

               los  desencuentros,las frustaciones;

               las separaciones de hecho y derecho,las injusticias,

               los abandonos,

               las agresiones de cualquier género o condición,

                      de palabra u obra......etc.

Es decir ,no se trata una terapia psicológica que es un campo distinto, el de la Psicología y sus tratamientos. Sino de un enfoque transpersonal, que profundice en lo que somos de verdad, como seres energéticos en una aventura humana, que definia Theilrad de Chardin.

Para ello tendremos que liberar y expandir esa fuerza interior, haciendo crecer esa conexión con la ilusión verdadera permanente. Incluso superando la frontera del miedo ancestral a la muerte, que según todas las culturas, es solo un tránsito, un paso a otra dimensión energética, que podemos llamar cuántica, holográfica o perenne.

El verdadero sentido de estar presentes y no ausentes de la vida, es ese sentido de vivir cada momento como si fuese eterno,duradero.

 Exactamente de la misma forma que lo sentimos, en un momento de unión amorosa plena, cuando ya han pasado los momentos románticos de la forma inmadura:

 la plenitud de la obra bien resuelta, el gozo de la obra bella, el extásis ante la obra maestra de la naturaleza,de la música,de la palabra,de la mano tendida, de la generosidad, todas ellas manifestaciones del Amor incondicional, cuya Providencia nos arropa, sin que nos demos cuenta,incluso por atajos incomprendidos.